‘La Isla de las Tentaciones 8’ o tú guarreas y yo conecto
Imaginen que su novia o su novio
se la juegan y se acuestan con otro o con otra o con varios a la vez o lo que
sea. Como es lógico a usted no le va a gustar un pelo esa situación y, tal vez,
viendo que la cosa está perdida, no le importaría vengarse sobre la marcha
acostándose con uno, con una o con varias personas. Lo que ya no es tan lógico
es que alguien te la juegue con un tercero y ponga el grito en el cielo si lo
haces tú. Y si la razón por la que se enfada es que él o ella han conectado mentalmente y
tú lo que estás haciendo es guarrear, todo se vuelve un disparate.
Pues eso es lo que se está
viviendo en La Isla de las Tentaciones. Una joven le pone los cuernos a su
novio. El novio; desesperado al ver vídeos en los que la novia se revuelca sin pudor
alguno; se echa en brazos de una señora estupenda. Y la novia monta en cólera.
Le preguntan sobre cuál es la diferencia entre una cosa y otra y la respuesta
es que la conexión de ella es preciosa y lo otro corresponde a una cosa sucia y
fea.
Y así todo. Yo no sé ya.
Las reacciones a los vídeos que
ven los concursantes suelen violentas, histriónicas, exageradas, estúpidas e
incoherentes. La inteligencia brilla por su ausencia. Pero no se podía esperar
otra cosa. Un cerebro de chorlito es lo que es y no se puede sacar de donde no
hay. Hay que reconocer que los que seleccionan a los participantes son capaces de descubrir con solvencia el vacío mental y el pensamiento plano.
Es un síntoma de idiotez ir a
un programa en el que el reto consiste en no poner los cuernos a tu pareja. El
ansia que tienen todos estos mequetrefes por no trabajar y vivir del cuento es
enfermizo. Y que este programa triunfe y acumule audiencias que convierten en
líder su emisión dice mucho de la sociedad que estamos construyendo.
Dicho todo esto, e insistiendo en
que el grupo de jóvenes que participa en el programa son una vergüenza, los
jóvenes españoles no son eso que vemos en ‘La Isla de las Tentaciones’; los
jóvenes españoles trabajan, estudian y se esfuerzan mucho. Muchísimo. Estos
elementos son muestra de la zona enferma de la sociedad, de esa cara triste y
fantoche de lo que podemos llegar a ser si no ponemos atención y dejamos que se
convierta en esencial tocar el culo a una señora, beber copas hasta caerte de
culo o decir bobadas sin parar.
A ver si acaba la edición y dejan
de grabar esa bazofia.
Nirek Sabal
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