'La Isla de las Tentaciones 7' o ponerse ciego sin caerse de espaldas
Hemos conocido programas de televisión lamentables,
irrelevantes, vomitivos, vergonzantes y aburridos. Hemos conocido programas de
televisión brillantes, divertidos, esenciales y necesarios. Y, ahora, ya
sabemos lo que se puede calificar como escandaloso y humillante para engrosar
el primer grupo al que me refería.
‘Las Isla de las Tentaciones’ se ha convertido en un espacio
televisivo insultante para las mujeres (desde luego) y para los hombres (a
excepción de los machirulos que andan sueltos y presumen de ser una especie de
cromañón modernete). Nombres como Estefanía o Napoli ya forman parte del
universo casposo y cutre de los cuernos en directo y todavía nadie sabe explicar cómo un zote como ellos factura gracias a ser más tonto que un pie derecho.
¿De dónde salen todos estos jóvenes que quieren participar
en un programa en el que se trata de poner los cuernos a otro? ¿Qué se obtiene
a cambio de hacer el ridículo o dejar al descubierto todas tus miserias? Salen
de debajo de las piedras y son un pequeño ejército de ridículos, de individuos
con un cociente intelectual tan ridículo como ellos en su conjunto; son hombres
y mujeres que no tienen nada que ofrecer salvo su falta de lealtad, de
vergüenza y de dignidad. Ellos machotes tatuados; ellas tontorronas
enamoradizas y miedosas. Todo un clásico en la sociedad machista que tanto se
persigue por los mismos que permiten programas de esta clase en las cadenas que
dirigen.
A todos estos, que se pasan el día en una piscina tocando el
culo del que más cerca está, supongo que en el cuestionario que rellenan antes
de participar les han tachado las preguntas que tienen que ver con el tipo de estudios
que tienen, con los últimos libros que han leído o con sus cuadros favoritos. A
toda esta caterva les deben preguntar el nombre y su primer apellido; si aciertan
están de suerte y pasan a la siguiente fase que consiste en ponerse ciego de
copas sin caerse de espaldas y decir frases vacías y estúpidas sin parar.
El problema es que este programa lo ven miles de jóvenes que
creen estar viendo algo divertido. Y no, claro que no lo es. El programa
cosifica a la mujer, arrasa con la dignidad de las personas, se convierte en
una tortura para personas que creían ir a un lugar divertido (a cambio de tener
unos miles de seguidores en redes que están tan vacíos como ellos mismos), es
un insulto a la inteligencia y poco aporta a una sociedad que sigue renqueando
por el machismo brutal que se ha ejercido sobre las mujeres y durante siglos.
‘La Isla de las Tentaciones’ es un programa que provoca
angustia a todo aquel que cree en la condición humana. Es, hay que decirlo ya,
una mierda pinchada en un palo (lo digo así para que se entere todo el mundo).
G. Ramírez
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