'Treme': El eterno jazz
Una de las mejores series de
televisión de todos los tiempos es 'Treme'. Es posible que sea una de las que han
pasado más desapercibidas. Pero eso es harina de otro costal. Que un autor
apueste por la inteligencia del espectador, que no recurra a la trama fácil
como reclamo, que no salpique de escenas subidas de tono para que el espectador
se quede pegado a la silla aunque lo que le cuenten sea un desastre, es un
logro y un acto honesto y generoso que todos los amantes de las buenas series y
de la música agradeceremos por siempre jamás. 'Treme' cuenta cómo Nueva Orleans va
reconstruyéndose tras el desastre que causó el huracán Katrina el año 2004. Y
lo hace teniendo un fin muy claro: mostrar las contradicciones del ser humano
durante el tiempo que puede dejar su huella en esta vida. Eso es lo principal
aunque existen, lógicamente, un buen número de subtramas tratadas con especial
delicadeza. El creador de la serie es un viejo conocido de aquellos que
disfrutan del gran cine que nos acerca la televisión en forma de serie. Se
llama David Simon y nos enseñó el mundo en lo que ya son trabajos míticos como,
por ejemplo, 'The Wire'.
Cada capítulo de 'Treme' comienza
acompañado de la fabulosa pieza de John Boutté titulada como la serie.
Escuchamos jazz, blues, folk, R&B, honky-tonk y algo de rock. Vemos en
pantalla a artistas famosísimos que aparecen con naturalidad y un encaje
argumental que escapa de la molestia o de una inserción impostada (Elvis
Costello, Cassandra Wilson o Dr. John, entre otros muchos). Los temas que
escuchamos los firman Louis Armstrong, Little Richard, Steve Earle, Coleman
Hawkins o cualquier otro autor o interprete que suene a buena música. 'Treme' es,
sobre todo, un festín musical.
Pero no solo es eso. Las tradiciones
más arraigadas de Nueva Orleans son el anclaje de la trama. Los indios criollos
y americanos constituyen una de las zonas expositivas más atractivas de la
seria. Clarke Peters es el actor que encarna al jefe indio que nos irá
mostrando una cultura sin posible comparación en el resto del mundo. El músico
que vive por y para la música lo encarna Wendell Pierce, Khandi Alexander es la
imagen de la lucha racial que no acaba nunca; John Goodman representa al
ciudadano que perdió cosas materiales en la tragedia, pero que, sobre todo,
perdió media vida.
Cualquier aficionado a las series
de televisión, cualquier aficionado a la música, el que quiera descubrir lo que
significa el término hot en música, debe ver una obra maestra como esta. Que
tuviera que liquidarse de una forma algo brusca (al fin y al cabo las
audiencias son las que mandan) no significa que la serie no resulte inolvidable
y un gran escaparate musical y humano.
G. Ramírez
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