Breve Historia del Jazz (IX): De Maxwell Street al reino del swing. Benny Goodman

by - mayo 10, 2024

Benny Goodman

Con la radio llegó la época de las grandes estrellas. Y con las grandes estrellas de la música aparecieron los managers. Si en algo hay dinero alguien tiene que saber gestionarlo. Todo evolucionaba a gran velocidad, incluida la pobreza de una población que necesitaba anclajes a una felicidad que se perdía por momentos.

Con la radio llegó una forma de escuchar jazz muy diferente. Las cadenas y los managers eran los que elegían qué se escuchaba y cuándo. Con este escenario dibujado, apareció el que sería el rey incontestable de la época en la que el jazz fue más popular que nunca: Benny Goodman; un músico que logró establecer el papel del clarinete dentro del jazz (aunque grandes músicos lo habían perfilado, Goodman extendió la esencia musical del instrumento definitivamente), un músico que logró un nivel como director de orquesta irreprochable y que fue capaz de atreverse con lo que otros no habían querido enfrentarse ni de lejos. Los nuevos sonidos bop, las bandas mixtas formadas por músicos blancos y negros, se convertirían en algo normal a la misma velocidad a la que Goodman conquistaba su fama o lograba mantenerla intacta.

La época de la Gran Depresión norteamericana no perdonó a nada ni a nadie. La industria musical se vino abajo. Dejaron de venderse nueve de cada diez discos. Todo estaba cambiando a gran velocidad. Y, para ganarse la vida, los músicos se concentraban en las big bands, que antes eran un lujo y, ahora, una ganga.

Benny Goodman nació el 30 de mayo de 1909. Hijo de inmigrantes europeos, vivió en uno de los lugares de Chicago más violentos y conflictivos: Maxwell Street. Su padre, que había decidido intentar dar salida al futuro de sus hijos a través de la música, hizo que Benny y alguno de sus hermanos, se incorporasen a la banda de la sinagoga del barrio. Como Benny era pequeño, le entregaron un instrumento manejable, un clarinete. Pronto destacó y, siempre, quiso ir más allá; sus ganas de triunfar no tenían límite.

Con catorce años conoció a Bix Beiderbecke. Llegó a tocar con él. Si nos fijamos en la música de Goodman, en la que practicó durante toda su carrera, encontramos algunas cosas que, posiblemente, arrastró de ese encuentro. Fortaleza marcando los tiempos más sólidos al frasear, rupturas que le llevaban de intervalo en intervalo con gran facilidad, un sonido agradable que llegaba de un swing impecable.

Escuchó, siendo muy joven, a los grandes maestros. Paul Whiteman, Ellington o Henderson, con el que trabajaría tiempo después. Buscaba un hueco que parecía imposible en plena etapa de depresión. Y, para encontrarlo, una figura fue fundamental en la carrera de Goodman: John Hammond. La unión de músico y manager fructificó con las grabaciones de algunos discos en los que intervinieron algunos de los mejores músicos del mundo.

Pero la radio era la clave. Y la NBC ofreció a Goodman la oportunidad de participar en un programa llamado 'Let’s dance', que tenía una duración de tres horas y llegaba a buena parte de país. Goodman, por supuesto, acepto el ofrecimiento. Para algo tan importante, él sabía que necesitaba fichar a los mejores músicos que estuvieran a su alcance. Helen Ward, cantante que no utilizaba adornos estilísticos, de voz dulce y natural; Bunny Beringan, trompetista capaz de servir de contrapunto al clarinete de Goodman; y Flectcher Henderson como arreglista ('Blue skies' o 'Sometimes I’m happy' son un par de temas que sirven de muestra para que podamos hacernos una idea de lo colosal de la colaboración); el pianista Jess Stacy; los guitarristas George Van Eps y Alan Reuss; el baterista Gene Krupa. Y con los nuevos fichajes (fueron muchos más aunque no tan representativos) y la tendencia de Goodman hacia la música más hot que, sin duda, Henderson arrastraba con él, Goodman comenzó el camino que le llevaría a ser un músico de masas; un camino que los músicos negros tenían mucho más difícil. Las diferencias racistas eran muy acusadas.

Benny Goodman

El programa radiofónico se retiró de antena antes de cumplir siete meses, esto fue en mayo de 1935. Pero Goodman ya había aprovechado el gran tirón de público que le habían proporcionado las ondas. Con la discográfica Victor había grabado importantes éxitos y su acercamiento al estilo más hot era una realidad. Esta asimilación del estilo bajo la influencia de Henderson, a decir verdad, le causaría algunos problemas en su gran gira por el país durante ese año. No todos entendieron lo que proponían Goodman y su banda. Sin embargo, al llegar al sur de California, concretamente en su concierto en el Palomar Ballroom, todo problema se diluyó y el gran éxito llegaba de forma sorprendente. Miles de personas querían escuchar en directo ese swing que marcaría diez años de la historia de un país en problemas.

G. Ramírez

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