‘Reacción en cadena’ es uno de los pocos programas de entretenimiento que funciona bien en la parrilla de Tele5. Mientras los índices de audiencia de programas considerados clásicos en la cadena siguen siendo poco esperanzadores o, incluso, desastrosos, ‘Reacción en cadena’ se mantiene en niveles muy aceptables. Este programa comenzó su andadura en antena cosechando datos negativos y todo parecía indicar que sería cancelado por Mediaset, pero aparecieron tres muchachos que cambiaron las cosas radicalmente.

Borjamina, Bruno y Raúl, son los integrantes del equipo que se hace llamar ‘Mozos de Aurosa’ y que acumula un premio (camino de los doscientos programas participando cada tarde) que supera el millón doscientos mil euros. Han sido capaces de hacer reír al público, de emocionar a propios y extraños dejándose llevar por los sentimientos, de sorprender por su habilidad para descubrir palabras y canciones imposibles; los ‘Mozos de Aurosa’ han logrado que los telespectadores enciendan el televisor y pasen un rato divertido acompañando a los tres jóvenes que parecen ser los sobrinos o los nietos de media España. Y es que les ha dado tiempo a casi todo, incluido confundir un ojal con un ojete, y eso une mucho a concursantes y público.

Por su parte, Ion Aramendi ha logrado conectar con el público. Es un presentador alegre, divertido y muy cercano; no parece tener límites al desplegar su ‘arco dramático’ que va de la canción a una gesticulación brillante y atractiva. Se está construyendo un espacio en la cadena más que sólido.

El equipo que forman ‘Mozos de Aurosa’ y el presentador donostiarra parece imbatible y casi imposible de reemplazar. Y ese es el gran problema puesto que algún día se alinearán los planetas y estos tres muchachos tendrán que dejar el programa para dejar espacio a un nuevo equipo. ¿Será la estampida tan brusca como lo que puede intuirse? Estas cosas ya han pasado anteriormente al faltar concursantes míticos y aparecer caras nuevas que no encajan con el respetable. ‘Mozos de Aurosa’ no son eternos y el recambio tendrá que ser sorprendente y atractivo para que se le dé una oportunidad.

Nirek Sabal