'La Regenta': El reto imposible

by - febrero 23, 2024

 


Hay que tener mucho cuidado con las adaptaciones que se hacen de las novelas para que se conviertan en una película o en una obra de teatro; si no se hacen bien las cosas podemos encontrarnos con textos que contienen un simple resumen del original, un texto sin profundidad, con personajes sin evolución que van apareciendo como a trompicones, con textos literarios en exceso en el que la dramaturgia (en el caso del teatro) se diluye entre frases que funcionan muy bien en una novela y espantan fuera de ella. Y hay que tener mucho cuidado con las adaptaciones de grandes novelas que han sido analizadas y leídas por miles de personas, pero que no han leído muchas más personas. Y hay que ser prudente al tomar decisiones porque la tendencia a dar por hecho que el lector ya sabe cosas y no hace falta que estén en el libreto o en el guion, es muy habitual. Esto lo que provoca es que la trama se derrumbe por la falta de cimientos que dan las descripciones o los propios personajes.

En definitiva, no basta con utilizar el narrador de la novela para que introduzca algunas cosas y frases casi exactas del texto original (eliminar arcaísmos y solo eso no es solución).

Fotografía: Pedro Gato

Supongamos que nos encontramos con un libreto literario en exceso, unos personajes sin alma porque se han quedado a medio dibujar, una trama comprimida hasta extremos insoportables, un escenario demasiado espartano, un vestuario bastante justito y una iluminación bien diseñada y mal ejecutada. Con esos mimbres no puede funcionar bien la obra teatral que nos presentan por muy buena que sea la novela original. Y eso es precisamente lo que ocurre con la adaptación de ‘La Regenta’ que se ha estado representando en el Teatro Fernán Gómez-Centro Cultural de la Villa.

No es que se use la voz narrativa que usó Leopoldo Alas Clarín, no es que se quiera conservar el estilo indirecto del original (esto y alguna cosa más es lo que dice la directora en el programa de mano) es que se abusa y se utiliza de forma errónea. El teatro se caracteriza por tener sus propios códigos (muy distintos a la narrativa), por escribirse sabiendo que las voces de los personajes las tomarán prestadas actores y actrices y muchas cosas más que no se pueden obviar y que aquí no se pueden desarrollar por una evidente falta de espacio. En definitiva, el lenguaje de la novela no casa bien con la dramaturgia.

Fotografía: Pedro Gato

Por otra parte, la adaptación que presentan en esta producción es tan reduccionista que deja vacíos a los personajes. Tenemos una Ana Ozores (Ana Ruiz defiende el papel como buenamente puede) boba por completo (en la novela de Leopoldo Alas no lo es) o a un Álvaro Mesía (encarnado por Jacobo Dicenta que no logra ser un seductor ni nada que se le parezca). Solo Alex Gadea (Don Fermín) y Pepa Pedroche (Doña Paula) son capaces de hacernos creer algo de lo que nos cuentan.

Tal vez adaptar ‘La Regenta’ es una labor excesiva; quizás en tres o cuatro horas más de función siga sin poder conseguirse. ¿Se puede convertir la ciudad en la que se desarrolla la trama en un personaje más? En narrativa sí; en una obra de teatro de dos horas de duración y con una complejidad tan excesiva, lo dudo mucho. Atreverse con este reto tiene su mérito y eso es innegable aunque saber que las posibilidades son escasas invitan a dar un paso atrás y dejar las cosas como estaban.

G. Ramírez

 

Teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa (Sala Guirau)

Autor: Leopoldo Alas Clarín

Adaptación: Eduardo Galán

Dirección: Helena Pimenta

Reparto: Ana Ruiz - Ana Ozores, Alex Gadea - Don Fermín, Joaquín Notario - Victor Quintanar, Jacobo Dicenta - Álvaro Mesía, Pepa Pedroche - Doña Paula, Francesc Galcerán - Frigilis / Cayetano, Lucía Serrano - Petra / Visi, Alejandro Arestegui - Vegallana

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